Cambie sus hábitos alimentarios y aprenda a comer
Una dieta hipocalórica constituye la base terapéutica de cualquier tratamiento de la obesidad. Pero cada persona es diferente y el tratamiento dietético debe ajustarse a las características y necesidades personales del obeso. No obstante, existen pautas generales a tener en cuenta si se está dispuesto a realizar un tratamiento dietético. Lo primordial no es seguir una dieta estricta, sino adquirir un hábito alimenticio correcto.
Antes de prescribir una dieta, es muy importante realizar anamnesis e historia clínica del paciente. Es necesario tener en cuenta si el obeso padece enfermedades asociadas a la acumulación de grasa. Conocer la evolución de la obesidad y el entorno relacionado con la alimentación aporta los datos necesarios para elaborar y adecuar una dieta específica para el tratamiento del obeso. Para ello, es de gran utilidad facilitar al paciente un cuestionario donde debe anotar todas sus comidas, incluido "el picar entre horas", el tiempo que usa para comer, si se hacen en compañía de gente o a solas, sus preferencias alimenticias, etc.
Una dieta hipocalórica correcta debe ser variada y saludable, y garantizar el aporte de macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y grasas) y micronutrientes (vitaminas, minerales, antioxidantes y oligoelementos) necesarios para el organismo. Los primeros son los responsables del aporte calórico en las dietas. Los segundos, en cambio, no contienen calorías. En general, las dietas hipocalóricas se basan en una restricción, no eliminación, de los carbohidratos, una disminución de los lípidos y un aporte proteico adecuado.
Del mismo modo que toma nota en su cuestionario de todo lo que come, es importante que el paciente sepa la cantidad de calorías que le reportan los alimentos. Por eso, debe tener en cuenta que un gramo de grasa aporta más del doble de calorías (9) que los hidratos de carbono (4) y que las proteínas (4).
Además de seguir la dieta que le indique el médico, el paciente obeso debe ser consciente de que someterse a un tratamiento dietético no sólo consiste en comer menos cantidad de alimentos. Debe comer con moderación y su objetivo adquirir un hábito dietético para su vida cotidiana, que se prolongue por toda la vida. Sentarse en la mesa, tomarse un tiempo para comer sin hacer ninguna otra actividad, masticar lentamente, etc., son algunos de estos hábitos dietéticos saludables que se deben adquirir
Ejercicio físico
La práctica de ejercicio no debe tomarse nunca como una obligación y tampoco debe ser extenuante. Así, se evita la desmotivación y que se abandone en poco tiempo. Se recomienda que se haga en compañía, durante una hora diaria, comenzando progresivamente e incrementando la actividad a medida que se mejora el nivel personal.
Lo importante, como en el caso de la dieta, es la constancia y que se practique de manera regular. El obeso no debe ser ambicioso en sus objetivos. Los beneficios físicos y mentales del ejercicio se aprecian a largo plazo.
Beneficios del ejercicio físico en el control de peso
· Aumenta el gasto energético total
· Ocasiona una pérdida tanto de tejidos grasos como de masa magra (habitualmente un 75% de grasa y un 25% de tejidos no grasos).
· Proporciona sensación de bienestar.
· Reporta efectos psicológicos positivos.
· Reduce el colesterol.
· Mejora la sensibilidad a la insulina y su control metabólico.
· Ayuda a reducir la hipertensión arterial.
· Previene de enfermedades cardiacas.
Medicamentos para la obesidad
Así como no existe una dieta milagrosa, por ahora tampoco existe ningún medicamento que permita perder peso sin hacer dieta o sin tener que controlar lo que se come a largo plazo o, incluso, durante toda la vida. El uso de fármacos, por tanto, constituye un tratamiento coadyuvante, pero nunca exclusivo, de la obesidad y sólo debe realizarse bajo supervisión médica.
Los fármacos aceptados y más usados para combatir la obesidad son inhibidores de la absorción de la lipasa. Se ha demostrado que previene la recuperación del peso perdido. Sin embargo, tienen mayores efectos en pacientes obesos diabéticos que en obesos sin esta enfermedad asociada.
· Sibutramina: fármaco anorexígeno, es decir, que disminuye el apetito. Precisa una dieta restrictiva e hipocalórica. Además, posee un ligero efecto termogénico.